lunes, 7 de enero de 2013

El buen mánager piensa en relevistas

Venezuela está sumergida en una gran incertidumbre. Para el momento en que escribo este post, está por cumplirse un mes sin escuchar o ver al Presidente de la República, Hugo Chávez. Rumores van y vienen, partes oficiales generan mayor confusión y dudas en toda la población. Algunos twitteros ganan seguidores a costa de informaciones no confirmadas. Pero hoy no quiero hablar de esta situación como tal, sino de algo que pocos toman en cuenta y que lamentablemente contribuye a esta crisis de institucionalidad. No busquen respuestas a la ausencia de Chávez porque no las encontrarán aquí. Me remito a lo que sucede puertas adentro.


Actualmente se presenta una gran confusión en cuanto a la interpretación de la Constitución Nacional. Unos dicen que a partir del 10, en caso de que Chávez no se juramente, se generaría una falta que amerita que el presidente de la Asamblea Nacional debe tomar la silla de Miraflores y a su vez convocar y consumar elecciones en 30 días. Otros manifiestan que puede prorrogarse la juramentación hasta que el Presidente reelecto pueda presentarse en el país y asumir el cargo. Si bien ya hay una interpretación dictada por el Tribunal Supremo de Justicia del año 2003 (Los períodos comienzan y terminan el 10 de enero, ni más ni menos), sabemos que la justicia venezolana jamás ha dictado algo que perjudique a Chávez. Sumado esto, existe el conflicto jurídico de quién debe permanecer en el interinato presidencial: El Vicepresidente o el presidente de la AN. Es todo un rollo.

Ahora bien, ¿Qué es lo que pasa que estamos tan confundidos? Sencillo: no hay una voz clara, contundente y creíble por la mayoría de la población, pues durante 13 años la voz por excelencia del gobierno nacional ha sido la del propio Chávez. Toda la vocería oficial, las informaciones de planes de gobierno, todo lo que tenga que ver con el poder nacional era manifestado por el Jefe de Estado. La gente no escuchaba a un ministro mencionando medidas a tomar ante determinadas circunstancias, sino que veía en el Aló Presidente a Chávez dando la orden de hacer esto o aquello. 

Casi todas las noches escuchamos en cadena al periodista y Ministro de Comunicación, Ernesto Villegas Poljak, leyendo comunicados sobre el estado de salud del Presidente, ordenados por el Vicepresidente Nicolás Maduro Moros. Cada comunicado es más confuso que el anterior. Por lo menos el más reciente (7 de enero 2013) hablaba de un estado "estacionario" pero que el paciente estaba "asimilando" el tratamiento. No soy médico ni nada, pero esto me parece contradictorio. Si no interpreto mal, el estado estacionario es una etapa en la que no hay avances ni retrasos, o sea, no pasa nada. Si hay asimilación de tratamiento, hay un ligero avance. Ya Maduro había hecho los comunicados de su propia voz, cayendo en confusiones, incluso desde La Habana. Al tratar de relatar sus encuentros con el paciente, en vez de dar luces sólo genera temores. Esto no ayuda en nada a la situación anímica de los venezolanos, sean chavistas u opositores. 

Por el lado de la Asamblea Nacional, se escucha al presidente Diosdado Cabello Rondón con un lenguaje filoso, altanero, sin ningún tipo de escrúpulos. La Contralora Cilia Flores dice que la juramentación es un formulismo, pues es el mismo presidente que deja un período y comienza otro. Cada uno de los miembros del poder público da una interpretación diferente a la Constitución. Y lo peor, es que nadie sabe a quién creerle. ¿Por qué? Porque al que se le creía era a Chávez, el que hablaba era Chávez, el que dictaba las pautas era Chávez, nadie más.

Antes de su viaje, Chávez dejó unas instrucciones precisas ante la posibilidad de que no regresara al poder: "Si se convocan elecciones, voten por Maduro". Sin duda el votante chavista no tendría mayor problema en cumplir con esa instrucción... o por lo menos una gran parte. El problema es el mismo. Chávez es el líder, los demás son equis. 

A mucha gente que cree en el proceso le he preguntado "Tú de corazón, ¿Votarías por Maduro?" y me responden que no. Ni por él, ni por Diosdado, ni por Adán Chávez, ni por Elías Jaua... No saben qué hacer, y todo esto porque Hugo Chávez, en 13 años, no se encargó de mostrarle a la gente que él es la voz líder, pero no es la única voz. Veamos el caso de Cuba. Fidel Castro es el líder de la Revolución Cubana. Eso nadie es capaz de ponerlo en duda. No obstante, él se encargó al paso de los años de mostrarle a la gente y al mundo que él tenía más gente a su alrededor que tenía que ser respetada, como su hermano Raúl, Ernesto Guevara en su momento, el Vicepresidente del Partido Comunista Cubano, entre otros. La gente sabía que en caso de faltar el líder, vendría otro y no habría mayor contratiempo. Actualmente el máximo cargo en Cuba lo tiene Raúl Castro. Ha tomado medidas interesantes que a mediano plazo serían una puerta abierta al rompimiento del embargo estadounidense y a suavizar el control estatal sobre los cubanos. Y nadie se lo discute. Fidel sigue siendo Fidel, pero ahora el presidente es Raúl. 

En conclusión, el gran error de Chávez fue precisamente ser un líder total. Ahora que no habla, no se le ve la cara en televisión, que no hace una llamada a La Hojilla (por decir un ejemplo), que la gente no sabe de él, se genera una crisis tremenda en toda la población. Surgen las divisiones (inevitables), las bases comienzan a mostrar sus diferencias marcadas, la cosa no se ve bien. A los chavistas los une Chávez, el Comandante, el Líder. Si no está Chávez, aunque sea por un rato, surge la complicación.

Aquí sentado, escribiendo esto, me pongo a pensar. Si Chávez es tan apasionado al béisbol y sabe tanto de este hermoso deporte, ¿Cómo se le pudo pasar el detalle de poner a calentar relevistas a la hora de una complicación? Ahora quizás pueda salir del juego y en el bullpen la gente no ve al "apagafuegos". Como decía Yogi Berra, el juego no se termina hasta que se acaba, y a este juego aún le falta mucho...

Si estoy equivocado, tienen el espacio de comentarios. Sólo les pido respeto, el mismo respeto con el que hice estas reflexiones. Sin mayores apasionamientos, por favor. 

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