Mucho tiempo sin escribir nada. Ya era el momento, ¿no?. Pongámonos en contexto. El 8 de diciembre (según) se llevará a cabo la jornada electoral de los municipios y alcaldías mayores. En la mesa política hay un montón de situaciones curiosas. Tanto madurismo como oposición de enfrentan a rebeldías internas, que pueden jugar unas muy malas pasadas tanto en Caracas como en municipios fuertes del interior del país. Ahora bien, no me quería referir tanto a eso, sino a los típicos trolls de todos los años electorales: Los abstencionistas. ¿Vale la pena votar? ¿O les hacemos caso a estos señores? Veamos.
Comencemos por el principio. En Venezuela el voto es un derecho según la Constitución de 1999, lo que significa que cada quien es libre de votar por quien le plazca, o simplemente no votar. Aquí la abstención no constituye una falta, como sí sé que pasa en otros países. No obstante, siempre se ha considerado que ejercer este derecho es ya de por sí un deber moral y ciudadano.
Pero a ver, desde hace unos cuantos años se ha perdido la confianza en el organismo que debería hacer el papel de árbitro imparcial, o sea, el CNE. En las últimas elecciones, todo el proceso estuvo plagado de vicios. y todos esos vicios favorecieron a un solo candidato: Nicolás. Del tipo no se sabe ni dónde nació, o sea... Y la presunta diferencia de 200 mil votos más o menos se presta a suspicacias (por favor, no salga un sabihondo a darme la cifra oficial del CNE, ese no es el tema aquí).
No poca gente, desencantada porque "Capriles no ganó" o porque "Capriles no mandó a la calle", vuelve a la palestra con el grito de "No salgamos a votar, que este gobierno no sale con votos". Generalmente este tipo de personas tiene un pequeño problema oftálmico, pues se les hace taaan complicado ver más allá de su nariz o de lo que dice cierto grupo de gente que por respeto no voy a mencionar, pero ya todos sabemos quiénes son.
Muchos de estos personajes escandalosos y aburridos suelen decir "Vamos a la calle a tumbar al tirano". Pero quizás no van a una marcha porque tienen que llevar a los nietos al parque o no pueden porque la nutricionista se los prohibió, o porque se van a perder el nuevo episodio de Laura... O sea, hablan y hablan pero no son capaces de ir a una marchita. Perdónenme, pero yo no puedo tenerle respeto a alguien que manda a los demás a inmolarse desde la comodidad del Twitter. Son los primeros que se quejan del chip que le ponen a los maduristas, pero resulta que tienen un chip peor, el del generalito este que mientras twittea delirios absurdos de resistencia civil anticomunista, hace publicidad de bienes raíces.
Señores, el voto no se negocia, no se regala, no se renuncia. Sí, da mucha frustración que se haga fraude año tras año, pero nosotros tenemos mucha culpa de eso también, y la seguiremos teniendo mientras regalemos nuestro derecho a elegir. Recuerden que Fidel Castro dijo algo así como que "¿Para qué elecciones? Si nosotros ya sabemos lo que quiere el pueblo..." (No salga otro sabihondo a recordarme la cita exacta, ese tampoco es el tema). ¿Así quieren que pase aquí? Si no votamos, el resultado es el mismo. ¿Van a regalar la alcaldía de Chacao, Sucre, Baruta, El Hatillo, San Diego en Carabobo, y otras... por la estupidez de abstenerse? Miren, yo vivo en Libertador, y ya aquí el problema es más serio, porque lo más probable es que vuelva a ganar el resentido este, ya que la MUD tiene a Ismael García, el MAS y otros partidos tienen a Ecarri, por ahí se lanzó Yván Olivares... O sea, todo un pasticho... Y sin embargo, con ese pasticho, yo voy a votar. Ustedes deciden. O miran el tarjetón y marcan una opción, o se siguen mirando el ombligo, como lo hacen desde 2005.
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