sábado, 9 de febrero de 2013

¿A dónde va esta Ruta Nocturna?


Antes que nada, quiero avisarles que aún tengo el trasnocho activado a la hora de escribir este post; y no sólo el trasnocho. Tengo un malestar bastante raro, ya más adelante podrán sacar conclusiones sobre este malestar. Si les soy honesto, tenía varios meses con ganas de salir por ahí de noche, a divertirme, a pasar un rato diferente. Unos amigos tenían mucho tiempo invitándome a una cosa llamada "Ruta Nocturna", pero nunca fui, hasta ayer que por fin me animé. Tenía que constatar con mis propios ojos todas esas cosas que ellos me decían y las que leía en las noticias.


Nuestra llegada a la Ruta fue a eso de las 8:45 de la noche, por la esquina El Conde. Un Dj colocaba música electrónica al lado del Teatro Principal, con unos cuantos escuchas y un puesto de la Policía Nacional. Al salir a la esquina de Principal, me di cuenta de que el mayor flujo de gente se dirigía hacia la esquina de Las Monjas, el punto del Reggae. Ahí iban muchachos de cualquier tendencia. Todos estaban juntos. Decidimos bajar, estaban colocando algunas canciones que todos se sabían. Todos menos yo. Fue una triste manera de comenzar a entender que ya tengo 31 años, y estaba rodeado de carajitos. 

Esperando un presunto ambiente de cumbia, nos fuimos a la esquina de San Jacinto, donde colocaban música tecno frente a la tienda de Chocolates, y en la Plaza el Venezolano sonaban unos tambores. Ahí nos quedamos un rato. Gente iba y venía. Personas con niños, disfraces, zanqueros, en fin, había cierto ánimo. Después de establecernos en el área del edificio FOGADE, nos agrupamos unos pocos para dar una vuelta por la zona a ver qué más había. En Las Madrices había un show circense, con globos, una equilibrista, y música de circo. Caminando hacia La Torre (donde está la Catedral) había unos puestos con ventas de franelas, artesanía y algunas cositas más. Hacia la esquina de Veroes sonaba una especie de "neofolklore". Mientras tanto, motorizados (civiles todos) iban y venían. Uno de ellos, en una payasada típica, aceleró la moto levantando las losas del piso aledaño a la Plaza Bolívar, y además de dañar la acera, se cayó con todo y moto. Algo me decía que esto no me iba a gustar mucho.

En Gradillas detallé que había música electrónica y rock hacia los lados de Sociedad. No bajamos hasta allí sino que decidimos regresar a FOGADE. En ese camino encontramos una especie de "Penetrable" como la obra del maestro Soto, pero hecha con platos plásticos, perolitos, jugueticos... Bueh. Los muchachos sacaron unas botellas con ron y otros licores. No voy a decir que no probé un trago, pero nada que ver con ponerme a tomar como lo haría cualquier mortal. Eso a la larga me daría la razón. Sabía que debía mantenerme totalmente sobrio. 

A eso de las 10 y media comienzo a sentirme incómodo. Sí, mucha gente, conversaciones, pero ya los muchachos se estaban emborrachando, sin bailar ni disfrutar, y yo quería escuchar salsa. "Eso no empieza todavía". Igual pregunté dónde era el asunto y me dijeron que eso era en la Plaza Andrés Eloy Blanco, en la esquina de Santa Capilla. Esa plaza es conocida también como la Plaza de Lina Ron. Bueh, qué carrizo, me fui para allá, pero con dos muchachas muy jóvenes que se habían venido con nosotros. Ellas no estaban bebiendo y se estaban aburriendo, preferían otro ambiente. 

Al aproximarnos a Santa Capilla, escucho trompetas, un bajo, unas congas... Ese sonido ya lo conocían mis oídos... ¡El Sonero Clásico del Caribe! Sin pensarlo dos veces bajé a la plaza con las muchachas y su hermano. Nos ubicamos cerca de la tarima, a un costado. Una vez allí, les dije que se quedaran en ese punto ya que tenían dónde sentarse y comprar comida y refresco, que yo iba a buscar al resto del grupo. Tarea imposible. Unos estaban en Las Monjas escuchando reggae, y ya eso esta llenísimo de gente. Me fui a San Jacinto, pero cuando pasaba la esquina de Gradillas, una multitud de gente venía corriendo desde la esquina de Sociedad. Supongo que dos idiotas iniciaron un escándalo y ya saben el resto. Lo tragicómico del caso era ver que los primeros que se escondían para protegerse eran los efectivos de la Policía Nacional, que se refugiaron al lado de Café Venezuela. Yo seguí caminando normal. No sirve de nada ponerse nervioso ante algo que seguramente era una estupidez. Busqué a los muchachos, ya estaban verdes de la borrachera. Les dije: "No me interesa, yo estoy allá. Cuando quieran lléguense.".

Subo de nuevo por Madrices, paso por La Torre, y encuentro a otro grupo de policías, tomándose fotos con sus celulares. Pero saben, fotos "boleta" o fotos "tuki". Regreso a la Santa Capilla. Ubico a las chicas y me dedico a escuchar la buena música del Sonero... y a observar. A esa hora había mucha gente mayor bailando salsa y disfrutando. Eso sí, muchos borrachos. No es para menos, ahí encontrabas todo tipo de aguardiente, desde cerveza POLAR hasta las guarapitas más increíbles que puedan imaginar (digo increíbles no por lo buenas, sino por lo insólitas). Me causó mucho estupor ver niños a medianoche jugando en el parquecito de la plaza. El día estaba frío, no era el ambiente ideal para que estuvieran esas criaturas por allí. Bueno...

A mitad de toque, una de las muchachas me dice que su hermano se había ido. Salimos a buscarlo. Una de las cosas más curiosas (para esta chica) fue ver subiendo desde la esquina Principal a Servando Primera. (Sí, ese mismo). Iba tranquilo, con un grupito de amigos. Lo único que atiné a decirle a ella, entre sus nervios, era que hace 12 años ese carajo no pudiera caminar tan tranquilo por ninguna calle. Por cierto, Servandito, no sabes caminar, me pisaste. -.-
En fin, bajamos a la esquina de Las Monjas... O lo intentamos, eso estaba imposible de cruzar. Nunca ubicamos a los muchachos allí, pues eso estaba hasta el tope de gente. Lo que sí me empezó a dar pésima espina (aunque sabía que ocurriría) era un olorcito a Cannabis Sativa (para los que no entiendan, olor a marihuana) que salía de ese montón de gente. Me regresé a Santa Capilla. Ya el Sonero se había bajado de la tarima, pero seguía la música gracias al DJ. Media hora después se habían ido la mayoría de las personas adultas, y de pronto la plaza se llenó de chamos, incluyendo los que estaban conmigo. Cuando les pregunté por qué no estaban en la zona del Reggae (que ya estaban poniendo hiphop), me comentaron que hubo una megapelea, que un muchacho salió con una herida considerable en el rostro, que todo el mundo salió corriendo, que se encontraron unos celulares en el suelo... Un despelote, pues.  Total es que mientras avanzaba la noche, la plaza se llenaba de chamos, del mismo olor a marihuana y otro olor como a caucho quemado. Averiguando hoy, llego a la conclusión de que ese olor era Crack. 

Comenzaron a poner changa tuki, una señora bastante entrada en años que ya no tenía ni una gota de cordura, empezó a desnudarse. Eso lo pude ver de lejos, y si les soy sincero, me pareció algo tan deprimente... Y más aún, sometida a las fotos de un montón de celulares que la rodeaban. Si me preguntan, yo no le tomé fotos. Con ver ese espectáculo me bastó. Comenzaron las peleas, el humo de la droga aumentaba, los borrachos ya no se resistían a la ley de gravedad... ¿Y la Policía Nacional? en las barandas de la plaza, mirando... sin más. 

Debo acotar que en todo este trayecto, vi gente que es conocida en varios ámbitos de la vida nacional, principalmente de la parte mediática, como por ejemplo algunos anclas de Ávila TV. No vi a Carvajalino, pero sí a Cabeza'e Mango, precisamente en el ladito de donde salía el humo pestilente. También estaba este muchacho que canta en Sontizón, y otras caras que no sabría dar referencias, pero que sí sé que se mueven en ese canal. 

Poco antes de las 3 se acabó todo. El grupo se dispersó, y yo me vine a mi casa, dejando a las muchachas que apenas conocí ese día, sanas y salvas, en la puerta de su vivienda. Llegué con olores bastante desagradables en la ropa, y con un malestar físico muy desagradable. En serio me sentía drogado, pero con cierta lucidez para agrupar todas las cosas que vi anoche y llegar a ciertas conclusiones.

A ver, yo entiendo que la sociedad caraqueña de todos los sectores estaba rogando por el regreso de la vida nocturna en el centro de Caracas, en un ambiente de seguridad, tranquilidad y sano disfrute. Lo que no entiendo es: ¿Por qué no optimizar el marco de seguridad? No es posible que aún se permita el consumo de drogas en un evento organizado por el propio estado (en este caso el Gobierno del Distrito Capital), y que para rematar tengamos una policía que no está preparada para atender problemas de orden público (como la pelea en Las Monjas) y mucho menos el expendio indiscriminado de licores y sustancias prohibidas. 

Otra cosa, ¿Qué tiene de cultural un montón de canciones exaltando el consumo de la marihuana? Señores, podrá ser legal en Holanda o en Uruguay. Aquí hasta que no se cambie la legislación, eso es ILEGAL. El hecho de que sea una planta no la hace saludable. La hiedra venenosa es una planta también. Es una droga, señores, no le cambien el nombre a las cosas... Bueno, eso es manía gubernamental. Encima, ponen una changa tuki que lo que dice es "te voy a caé a coñazos" o "te voy a dá unos tiros"... Miren, yo entiendo que eso sea jodedera de una fiesta, una hora loca o qué sé yo. Pero no de un evento organizado por el Estado, que se paga con los impuestos de nosotros. ¡No, no y no!

Ahora bien, ¿Por qué el éxito de estos eventos tan mal organizados? Simple, es lo que hay. El gobierno es experto en los circos para tapar la ausencia de pan. Muchos de los que estaban ahí, ni siquiera se enteraron del anuncio de devaluación que hicieron ayer, y si se enteraron, creen que no les afecta porque ellos "no compran dólares". Total, esa rumba es gratis y entonces por eso es buena... ¡Qué lamentable, señores!

Yo nada más les digo una cosa: Hasta que no suceda una tragedia de proporciones considerables, la organización de este tipo de eventos no va a mejorar. Aquí se necesita seguridad en serio, no un montón de muchachos vestidos de policías tomándose fotos y piropeando a cuanta muchacha medianamente bonita ven. Creo que en toda esa zona sólo vi dos ambulancias, una en San Jacinto y la otra en Santa Capilla. No sé si estaban bien ubicadas, pero no eran muy visibles que digamos. Ah, y para completar, la Plaza Bolívar quedó vuelta un chiquero. Colillas de cigarro, latas de cerveza, botellas partidas, bolsitas de chucherías... Hubiera sido bastante bizarro ver que algún borracho o drogado se orinara a los pies de la estatua del padre de la patria. Menos mal no vi que sucediera.

El punto de reflexión que pudiera dejar es: ¿Cuál es el verdadero sentido de estas rutas nocturnas? ¿Qué se busca? ¿Devolverle las noches al caraqueño o darle estímulo a la juventud para que se emborrache y se drogue, obviando la realidad de un país que se cae a pedazos? Por cierto, ¿Dónde está Chávez? Más de uno se lo preguntaba en esa fiesta, mientras mezclaban un discurso de él con changa. 

3 comentarios:

  1. Vaya, hay varias cosas que decir, en primera, los de la generacion de los 30's ya no logramos comprender, si se le puede decir de esa manera, la nueva forma de "divertirse" de las siguientes generaciones. Para mi gusto esta lleno de libertinaje y de excesos por donde quiera que se le vea, claro, no todos, pero la verdad antes podiamos ir a las famosas "tardeadas" o a las discos a lo que es A BAILAR, porque ahora van a tomar, a ver a quien se llevan a la cama, a drogarse(embriagarse) o a robar (si ya se, tambén en nuestras epocas habia de esos pero honestamente o eran menos o no tan descarados). Y el otro punto muy lamentable, ¿cómo es posible que si lo organiza el gobierno permita todo eso? ¿cuál es la finalidad de fondo? que cada quien saque sus demonios y como dicen "al pueblo pan y circo" o ¡qué?. En fin, yo te entiendo perfecto y eso no sólo pasa allá, creo que ya es al menos en todo latinoamérica y en españa por lo que me han contado. Faltaria rescatar esos sitios para que uno pueda divertirse sanamente, ya sea por parte de organismos privados (que no terminen cobrando una millonada por entrada de preferencia) o por el gobierno pero re educando a la sociedad bajo el concepto de diversión y respeto, cosa que ahora, ya ni en esos casos sabe la gente lo que es.

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    1. Así es, Rudu... Muy lamentable. Yo puedo entender que suceda en un espectáculo de carácter pago, eso es normal... ¿Pero una actividad pagada con nuestros impuestos? Y peor aún, en un momento en el que aparte de que el presidente no aparece ni vivo ni muerto, se gasta nuestra plata en templetes mientras hay escasez de harina, azúcar, café, leche... Y para rematar, ayer se anunció una devaluación monetaria de casi 50%. En fin, como diría Bolívar: "Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción".

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  2. Me reí demasiado con esta crónica, me encantó que escribas tan venezolano, o mejor dicho, tan caraqueño.

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