sábado, 26 de mayo de 2012

Guerra Sucia: Afiches y sabotaje eléctrico

Caracas, ciudad de tráfico, velocidad, frenetismo, adrenalina, de despedidas y de bienvenidas... ¡Ya, basta de poesía! Caracas hoy amaneció decorada con afiches. Pero no de esos que anuncian los próximos juegos de la Selección de Fútbol o el esperado torneo Preolímpico de Baloncesto, y menos de un concierto de un artista famoso.


Sabemos que se avecina la campaña electoral más feroz de nuestra historia, y que tanto el sector oficial como el opositor usarán todas sus estrategias para alcanzar el triunfo. Lo que nadie esperaba era ver de un día para otro montones de afiches con la imagen de una persona que no está anunciado como candidato, y peor aún, anunciando que uno de los candidatos fuertes no estará en la contienda.

Muchos pudimos ver con asombro estos anuncios electorales con el sello y los colores del PSUV, con la imagen de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, anunciando una presunta candidatura presidencial, por encima del candidato a la reelección, Hugo Chávez. Evidentemente esto es el comienzo de una guerra sucia. Mi pregunta sería: ¿Y quién empezó esta guerra? Analicemos.

Históricamente Venezuela ha sido un país de guerra sucia electoral. Muchos recordamos esas campañas llenas de mentiras hacia el contrario, de manipulaciones, de propaganda confusa. Si bien los maestros de las movilizaciones y las maquinarias son los miembros de Acción Democrática y Copei, no es menos cierto que también tienen sus laboratorios secretos donde elaboran una que otra "triquiñuela". No podemos engañarnos.

Fácilmente los militantes del partido de gobierno pudieran atribuírle esta jugarreta a los blancos o verdes, como de hecho lo hizo el propio Cabello. Sencillo de alegar... Pero sabemos que dentro del propio PSUV hay una batalla interna, generada por la misma incertidumbre sobre el verdadero estado de salud de Chávez. El río está sonando y las piedras que trae son el Jauismo, el Madurismo y el Cabellismo. Bien pudiera interpretarse este caso de los afiches fantasmas como una guerra sucia interna por parte de sectores adversos al exgobernador del Estado Miranda. Honestamente no creo que la gente Pro-Cabello se arriesgara a hacer una campaña de esta manera, pasando por encima del líder del partido.

Mirando hacia la otra acera, si analizamos un poco la campaña opositora en apoyo a Henrique Capriles Radonski y vemos cómo se está manejando -sin confrontación radical, con mesura y conciliación- además del cuidado que se tiene para no darle argumentos a los adversarios, sería absurdo pensar en que la misma gente que habla de unidad, futuro, inclusión sin exclusión, política de altura, tenga como opción de campaña una estrategia de confusión. Si el propio gobierno supiera que esos afiches son una artimaña de la oposición, investigarían a todo el mundo, desde las personas que diseñaron las propagandas hasta quiénes las colocaron en la calle. Ya a esta hora se supiera todo. Aún no se conoce la verdad.

Y creo que la verdad en este caso nunca se conocerá...

Lo que sí debería conocerse es el verdadero estado del Sistema Eléctrico Nacional. Si el Estado dice una y otra vez que ya no hay razones para racionar energía y que todo está en perfecto orden, ¿Cómo se explica que en el interior de la República siga habiendo esos apagones que duran horas o tienen una frecuencia de hasta 7 veces diarias sin luz? El caso del Estado Zulia es alarmante, pues sabemos que la dependencia de los zulianos al servicio eléctrico es un problema casi de salud pública. Allá no se puede vivir sin aire acondicionado, neveras, cavas o simples ventiladores -allá les dicen abanicos-, y los apagones son un arma mortífera en estas fechas, en las que el termómetro ha llegado a marcar hasta 46 grados centígrados.

Los voceros oficiales dicen que todo se debe a un plan de sabotaje por parte de sectores desestabilizadores de la oposición. Francamente no entiendo, si saben la causa, si saben quiénes son, si tienen las pruebas, ¿Por qué no se hace nada al respecto? Cuando se dice que el país está en absoluta normalidad y los niveles de seguridad son óptimos, ¿Cómo pueden los saboteadores tener tanto poder de acción? Muchas personas manejan teorías, una de ellas es que todo esto es pura y simple ineficiencia del Estado a la hora de atender la necesidad energética, y quieren taparla con argumentos proselitistas. La otra teoría que va cobrando fuerza es que puede existir un autosabotaje, para tratar de colmar la paciencia de los venezolanos, que se prenda el p... y por lo tanto deban suspenderse las elecciones -escenario que los partidarios del gobierno no descartan en lo absoluto-. lo que dejaría en evidencia que el candidato a reelegirse no está nada bien de salud. 

Y seamos honestos, si no se investiga ninguno de estos casos -como no se han investigado cientos de casos desde 1999 hasta hoy- sabemos de qué lado están los culpables.

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